ROSA LUXEMBURGO nació en 1871, pocos días antes de que los obreros franceses proclamaran la Comuna de París. Murió poco más de un año después de la conquista del poder por los bolcheviques rusos en la Revolución de Octubre. Por lo tanto, su vida abarcó una gran época histórica, las cinco décadas que se abrieron con el primer ensayo general de revolución socialista y se cerraron con el nacimiento de una nueva era para la humanidad.
Durante toda su vida -desde su despertar político cuando iba a la escuela en Varsovia hasta su asesinato en Berlín en 1919- Rosa Luxemburgo dedicó su tremenda energía, capacidad y fuerza intelectual a la revolución socialista mundial. Comprendió que había mucho en juego, que se jugaba el destino de la humanidad y, mujer de acción, se entregó totalmente a la gran batalla histórica.
Dos semanas antes de su asesinato les dijo a sus camaradas: “Hoy nos podemos proponer la destrucción del capitalismo de una vez por todas. Más aun; no solo estamos en situación de cumplir esa tarea, no solo cumplimos con nuestro deber para con el proletariado, sino que nuestra solución es el único medio para salvar a la humanidad de la destrucción.”
Esa fue la convicción que guió su vida.
Sus palabras eran muy oportunas para un mundo que salía del holocausto de la Primera Guerra Mundial. Hoy, varias guerras devastadoras después, la alternativa que ella planteó, socialismo o exterminio, sigue siendo la opción que tiene planteada la humanidad.
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